Los Nets se deberán armar de valor en las próximas fechas. Les queda un mes sin Kevin Durant y este comienzo de año natural suele ser el momento en el que algunos equipos caen demasiado en la clasificación. Plantilla tienen, pero deben recuperar a otros lesionados o tocados si no quieren que les pase lo que ha ocurrido en su visita a Cleveland. Una derrota (114-107) que deja un mal sabor de boca por las posibilidades que tienen y que no materializan; sus rachas son irregulares, no han agarrado todavía una en la que demuestren que son los favoritos para llevarse el título, su juego es inconsistente. Los Cavaliers les dieron una lección de humildad, aunque suene demasiado grande la palabra. Sin Collin Sexton y Ricky Rubio, dos de los tres bases con los que empezaron esta campaña, por sendas lesiones se merendaron a la pareja que, aquí sí, formaban Kyrie Irving y James Harden.
A la par que Durant se sienta en su sofá a recuperarse de un esguince de rodilla salen rumores no casuales, que el periodista Marc Stein formulaba este lunes, de que Harden valora "una reubicación" en otro equipo el próximo verano. Enfrente tenía al mejor jugador de la semana pasada en la conferencia, Darius Garland. El barbudo jugaba a su lado con Kyrie Irving, que no necesita estar vacunado para ser alineado fuera del Barclays Center y alguna pequeña excepción. Pasto creado para pasarlo mal. Durant resuelve partidos así. Harden e Irving, juntos, está por ver.
Los Cavaliers ofrecieron un recital de juego de memoria, de pasión por luchar cuerpo a cuerpo con un equipo aspirante al título y al que esta victoria les iguala en la clasificación. Lo que han hecho en todo lo que va de curso. No había sorpresa ahí. Los de Nash, tirando de expertos como Mills, Aldridge, Griffin y rodeados de algún inexperto que no desentonó, no dieron una respuesta adecuada al reto. Irving (27) jugó bien en la que fue su casa. Harden (22) estuvo algo más apocado y también fallón. Entre los dos fallaron en la jugada con la que podrían haber forzado la prórroga, perdiendo el balón en un pase de uno a otro y dejando el mate al contragolpe servido a Isaac Okoro para encender el Rocket Mortgage FieldHouse en una satisfactoria jornada de homenaje a Martin Luther King.